-Una Historia Diferente-

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domingo, 20 de enero de 2013

Capitulo 83



NO TAN PERVE  AVISO ;)


Movió sus manos desde mi nuca, a través de mi espalda, hasta encontrar la bragueta de mi pantalón. Echándome hacia atrás ligeramente, observé su cara. 

La apreté más contra la pared y la besé profundamente. Casi salvajemente le arranqué su short que tenía puesto.

Maca: Espera Yago—me dijo. La miré fijo —Deberías primero...ya sabes de lo que te estoy hablando…
Yago: No sé donde está —dije totalmente desesperado, tocando los bolsillos de mi pantalón.
Maca: No voy a hacerlo, hasta que lo tengas —susurró.
Toqué los bolsillos traseros y agradecí a Dios encontrarlo allí. Ella se rió entre dientes. Se bajó de mí, para que yo pudiera ponérmelo, y mientras yo lo hacia ella acariciaba mi pelo  y me daba suaves besos en la espalda. 

Cuando había terminado, la tome en brazos y la apoye delicadamente sobre la cama, besándola apasionadamente y librándonos de la molesta ropa que quedaba, tanto de ella como la mía.

 Me acosté sobre ella, sintiendo cada centímetro de su fina y suave piel contra la mía. Besé sus labios levemente, y con cuidado bajé mi boca hasta su mentón. Un suave suspiró salió de sus labios y su cuerpo se amoldó al mío; y cuando sus piernas se abrieron a mí alrededor, me hundí en ella. Gimió exaltada y se aferro con fuerza a mi espalda.

Me quedé quieto, sintiendo como sus muslos internos me rodeaban más y más. Mi cabeza comenzó a dar vueltas, y vueltas. Mi rostro estaba escondido en su cuello. Comencé a moverme despacio. Ella arqueó su espalda e intento acercarse más hacia mí.

Yago: Oh, Maca… —su nombre salió ronco de mi garganta al sentir el placer de estar dentro de ella. Mis ojos se cerraron y gruñí profundamente. Comencé a moverme un poco más, quería sentirla, necesitaba sentirla.

Maca: Yago… —mi nombre salió agitado de sus labios.

Entonces me alejé de su cuello y tomé su boca. Gimió un poco más fuerte que antes y sus manos apretaron mis hombros. 

Yago: Sos tan hermosa, Maca... —le dije mientras seguía mordisqueando la delicada piel de su cuello.
Maca: Y vos sos tan…perfecto… 
Yago: Vos también sos perfecta para mi bonita…- seguí bajando por su suave vientre, ganándome caricias… volví a subir a sus pechos pero apenas pude darles atención ya que sus manos me llevaron hasta su boca en donde recibí un apasionado beso, su lengua buscó la mía y jugó con ella. Gemí sobre sus labios y la besé más aun.

Rocé con mi mano la curva de su cadera, seguí bajando por su muslo suave, tocando y disfrutando de cada centímetro de su piel. 

Un intenso gemido escapo de su boca y sus uñas marcaron mi piel cuando agarró con fuerza mis hombros al intensificar mis movimientos. 

Entonces me moví más rápido, haciendo que nuestros gemidos salieran repetidas veces de nuestras bocas. 

Ella intentaba hablar, pero el aire apenas nos alcanzaba para respirar.

 Gruñí profundamente, cuando ella se abrazó más a mí y sentí como su cuerpo se consumía en un mar de placer, llegando luego de ella a esa liberación de pasión y éxtasis, cayendo rendido sobre su pequeño y delicado cuerpo. 

Sus manos acariciaron de arriba a abajo mi espalda que subía y bajaba por mi aun agitada, respiración. 

Sentí como sus piernas se enredaban con las mías y subían y bajan para acariciarme con ellas. Aun no podía creer lo que habíamos hecho, no podía creer que la chica con la que estaba era Macarena, mi _Maca, mi bonita… 

Rápidamente levanté la cabeza para cerciorarme de que era ella, y no alguna otra

Sí, era ella, no era una ilusión, ni mi imaginación. Sus ojos se clavaron fijos en los míos. Y su rostro mostraba tierno, lindo, lleno de amor…

Me incliné hacia ella y la besé despacio. Su boca me respondió suave y dulce.

Me alejé y me acosté a su lado y así poder abrazarla. Ella se acerco a mí y se reposo contra mi pecho, mientras que yo al abrazarla escondía mi rostro entre sus cabellos y respiraba su dulce aroma. 

El mundo pareció cambiar completamente. Ya nada era como antes.

Ella se separo unos segundos de mí, nos miramos y nos besamos lentamente. 

Nuestras palpitaciones iban al mismo ritmo, todo era perfecto, sentía que era la persona más feliz en el mundo y nada, ni nadie podría cambiarlo. 

Sin dejar de abrazarla me acerque a su oído. 

Yago: Maca... tengo que confesarte algo… 
Maca: ¿Qué es? - pregunto curiosa. 
Yago: Bonita… Te amo… y estoy verdaderamente, locamente y profundamente enamorado de vos… - musite por lo bajo. 
Maca: - Ella me miro fijamente y vi como sus ojos brillaban al escuchar mi declaración. Definitivamente era la mujer que necesitaba y quería para toda la vida. – Te amo con toda mi alma bonito. – dijo con una tierna sonrisa, para luego darme un suave beso.

Agotados y mas felices que nunca, nos envolvimos en las suaves sabanas blancas de su cama y nos dejamos caer en un dulce e inolvidable sueño.

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